Nuestra infancia es un tiempo fundamental en el cual se definen muchas cosas del resto de nuestras vidas. Las heridas que se crean durante este periodo se quedan reverberando dentro de nosotros, manifestándose en nuestras relaciones y en nuestra realidad una y otra vez hasta que podemos ir a sanar a esos niños internos que están heridos y que llaman nuestra atención una y otra vez.
Esta meditación es una herramienta que puedes usar una y otra vez para ir a explorar tu interior y conectar con aquellas pates de ti que requieren cariño y cuidado.
Recuerda que nunca es tarde para tener una infancia feliz.